¡Bienvenidos al fenómeno Messi!

Por: Jairo A Castrillón

Ahora en la figura de Leo Messi gira el presente y el futuro de la MLS. Cámaras dedicadas solo para él; qué hace, dónde está, cómo se mueve; la página de la liga ha tomado su imagen y encanto como referente central siempre con grandes fotos y titulares, mientras todo lo demás que sucede en otras canchas, con otros personajes, se subraya en fotos y rótulos menores. Es como si, después de su llegada, todo lo demás se hubiera encogido de tamaño.

En su segundo partido oficial Messi, una vez más, emocionó las tribunas del DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale después de que lograran derrotar con comodidad a un Atlanta United deslucido, sin gracia y completamente errático en defensa en el marco de la Leagues Cup.

Al final el cuatro por cero no solo confirmó la superioridad de un Inter Miami que parece mejorado (pero no se confundan), sino que deja en el ambiente algo que ha sido una constante en esta liga que brilla por mantener un buen volumen de goles a lo largo de la temporada regular (van 888 en 336 partidos hasta el momento), pero que está descompensada en la forma como se defienden la mayoría de los clubes; situación que hoy se hace más notable cuando en la grama hay un jugador de las características del argentino que marcó dos de los cuatro tantos aprovechando las amplias ventajas que le brindaron una y otra vez.

En la MLS, por lo general, se mantiene un ritmo de juego alegre, vertiginoso y sin mucha pausa, donde los equipos acostumbran a salir con transiciones rápidas y buscan el arco rival de manera repetida, pero la calidad de los defensores no es el mejor remedio para frenar las intenciones del oponente.

Los arqueros juegan un papel importante y son, en muchas ocasiones, figuras claves por su grandes y espectaculares actuaciones que, al final, decantan en encuentros vibrantes que alegran las tribunas (de eso se trata), pero tácticamente se hacen cuestionables, obligando una situación que desde ahora debe tener otras aristas para los directores deportivos cuando contraten ya que el fenómeno Messi obliga, de aquí en más, a traer jugadores de mejor cartel en todas las líneas más aún cuando las pretensiones para las fichar se aumenta ($$$).

PRIMER GOL

Foto 1

En el compromiso contra Atlanta, el primer gol de Leo llega por una desconcentración manifiesta del sector posterior que está muy adelantado (eso no problema), pero sin referenciar al argentino (error garrafal).

Cuando Sergio Busquets saca el pase largo que habilita al Monstruo (foto 1), no tiene a nadie que evite el mismo a pesar de haber cinco jugadores del visitante en las cercanías que solo miran y nada, pero nada hacen para que no se geste la acción en ataque. El ibérico recibió, tocó ligeramente el útil hacia adelante, reacomodó su postura, levantó la cabeza, vio donde le pedían el pase y así lo hizo porque la pasividad del adversario era notable, rayando en lo ridículo. Es imposible que un lanzador de estas características pueda recibir con tanto tiempo y espacio, aprovechando ese “caramelo” que le facilita habilitar a su compañero con un pase de 25 metros que recoge el astro solo, absolutamente solo en los límites de la zona 11 y 14, las cuales recorre sin problemas (foto 2). Ya ingresando en el área grande (zona 17), aparece Mike Robinson en escena intentando cerrar llegando por derecha, mientras que Brad Guzan está achicando el espacio con tan mala suerte que el primer remate del Diez, que sale cruzado, pega en la raíz del palo izquierdo y le regresa para que termine con su pierna derecha.

SEGUNDO GOL

El segundo gol es otra falla para enmarcar, lo cual es el propósito de este escrito, porque si así piensan anularlo, están todos en graves problemas.

La acción, una vez más, nace de la comodidad que tiene Messi para recibir (primer error), correr con el balón en sus pies unos 15 metros (segunda falla), ceder sin presión alguna para procurar el error, y dejarlo sin marca cuando se mueve hacia adentro en el área mayor (nefasta decisión).

Foto 3

En toda la acción previa, el argentino Santiago Sosa (5) es clave para que Messi carbure y defina. Primero, porque llega tarde para evitar que su connacional descargue al costado (foto 3); segundo porque cuando este lo hace a la izquierda, por donde corría el finlandés Robert Taylor, Sosa se queda sembrado, le da la espalda a Messi, no lo referencia y deja que se meta en el área como por el corredor de una escuela primaria (foto 4). Josef Martínez, que corría en diagonal hacia adentro, por delante y en sentido contrario de Messi, leyó acertadamente el movimiento de su compañero, generando un amague que su marcador se “traga” entero, permitiendo que el útil llegue a los botines del genio (nada más que de ese pedazo de jugador) quien recibe solo y de frente a Guzan (fotos 4 y 5).

Foto 4
Foto 5

Eran seis hombre de Atlanta por tres de Inter y aún si fueron incapaces de contrarrestar la acción. Por eso Gonzalo Pineda estaba que se reventaba en la línea, porque no podía creer todas las ventajas que estaban dando. Inadmisible.

TERCER y CUARTO GOL

El tercer gol fue una definición impecable de Taylor quien recoge un pase del chico Chremaschi (18 años), deja picar el balón una vez, empalmándolo cruzado y con potencia al ángulo superior izquierdo del palo opuesto de Guzan. Fue el mejor de la noche.

Sin embargo, en el cuarto gol (segundo de Taylor en la jornada), es frustrante ver como el pase que inicia la ofensiva floridana, nace en una maniobra en ataque de Atlanta desde casi la línea de meta sobre el sector izquierdo de las 16,50, fluyendo desde los guayos de Brandon Lenon en un pobre intento por retroceder el esférico a un compañero. En vez de templar el balón tres metros, le mete un lance de 20 metros que recoge Messi que por allí andaba solo y de paseo, porque el 10, decididamente, no hace nada por recuperar o aportar en defensa, nada. Desde su propia mitad (zona 8), inicia la cabalgada el GOAT mientras el defensor venezolano Ronald Hernández retrocedía perfilado e incómodo porque era el último hombre, siempre esperando que Thiago Almada o el brasileño Matheus Rosseto, quienes se sumaban en defensa, hicieran algo por cerrar la acción, por buscar el balón, pero nada de esto sucedió. Todo lo contrario, dejaron que el argentino ganara metros y justo en el momento preciso, cuando Taylor había picado y estaba dibujando el pase, recibe, encara a Hernández, que intentó buscarlo, y define otra vez con potente remate cruzado a ras de piso. Una manual ideal para que los chicos sepan lo que no deben de hacer en una cancha cuando intentan presionar o marcar en salida.

Al final el público se fue satisfecho por el resultado y cuando el ídolo se retira de la cancha a falta de 15 minutos, muy seguramente para evitar el pesado tráfico. Hubo en el estadio sillas vacías porque al parecer la gente tampoco está para pagar 280 dólares por una boleta en la taquilla. Es más, hubo boletos en la zona media baja que estaban valorados en la reventa a $1,000 y al final se vendieron en $75 cuando vieron que la gente se resistía a entrar, porque no hubo lleno como en el primer partido, aunque una vez mas el Diez deja su impronta en la cancha, no desperdicia los obsequios de los rivales y se fue pidiendo el cambio cuando el físico ya no le daba para más.

Su equipo mejora, está contagiado, hay algunos jugadores que han elevado su nivel, pero sigue siendo un colectivo con mucho trabajo por hacer y eso lo sabe el Tata que ahora prepara su próxima partido de serie, ya que en la fase de grupos de esta Leagues Cup terminaron primeros como nunca hubiera pasado si el fenómeno no estuviera allí. ¡Garantizado!

Síntesis:

Inter Miami 4 – Atlanta United 0.

Messi 8, Messi (Taylor) 22, Taylor (Cremaschi, Messi) 44, Taylor (Messi) 53.

Alineaciones:

Inter Miami — Callender; Yedlin, Kryvtsov (McVey 73), Miller, Allen; Arroyo, Busquets (Ulloa 72), Cremaschi (Ruiz 73); Messi (R. Robinson 78), Martínez, Taylor (Campana 83).

Atlanta United — Guzan; Abram, M. Robinson, Purata (Hernandez 46); Wiley (Etienne 80), Rossetto (Alonso 65), Sosa, Lennon, Almada, Wolff (Mosquera 46); Giakoumakis (Berry 65).

Asistencia: 19,758

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