
Por: Jairo A. Castrillón
En la Gran Manzana están de fiesta por el primer título de conferencia obtenido por NYC Football Club en su historia, al derrotar de visitante a Philadelphia Union dos goles por uno. Después del agónico gol que selló la victoria, obtenido por el juvenil brasileño Talles Magno (19 años), a los 88 minutos, la celebración de los aficionados no se hizo esperar. La prensa especializada, por otro lado, ha hecho eco de la victoria como quiera que es la primera satisfacción deportiva que ofrece alguno de los equipos de la ciudad en cualquier disciplina esta temporada. Con este resultado, el conjunto dirigido por el estratega noruego Rony Delia (DT de Celtic de Escocia años atrás), aspira a consolidar su primer trofeo de liga enfrentando el próximo sábado a los Leñadores de Portland.
La victoria del conjunto azul tiene varios ingredientes para reseñar. En primera instancia, no deja de ser clave que Philadelphia haya tenido que hacer importantes retoques en su plantilla inicialista después de ser afectados por un brote de Covid-19 que activó los códigos de protocolo. Por esta razón cinco titulares indiscutibles como el arquero jamaiquino Andre Blake (uno de los mejores de la liga), el capitán Alejandro Bedoya (americano de raíces colombianas), el lateral izquierdo Kai Wagner (alemán de 24 años) y los dos centrales, el británico Jack Elliot (26 años), junto al noruego Jakob Glesnes, no pudieron ser considerados. Nadie puede garantizar que con ellos la historia hubiera tenido un final distinto, pero tal vez habría sido a otro precio, toda vez que son el soporte de una de las mejores defensas de toda la liga (tercera durante la temporada regular).
Tampoco pudieron ser tenidos en cuenta elementos como el meta suplente Joe Bendik, los delanteros Cory Burke y Sergio Santos, junto a los volantes Ilsinho y Quin Sullivan, más el defensor Alvas Powell que son siempre las primeras opciones de recambio.
Algunos cronistas han interpretado la acción como desleal por parte de los directivos de la liga, al no haber pospuesto el compromiso como un gesto de solidaridad y juego limpio ante la adversidad del cuadro local. Otros, inclusive, sostienen que la decisión no se tomó para favorecer a NY ya que probablemente los índices de sintonía en una final serán mayores. Sin embargo, para acallar comentarios dañinos y sin ningún tipo de fundamento, es más fácil pensar, de acuerdo a reportes médicos, que haber movido la fecha dos o tres días mas tarde no hubiera representado ninguna garantía para la recuperación de los jugadores.
Otro aspecto importante y fundamental, es que con la precisión que trabaja la liga en materia de fechas, era imposible postergar el encuentro por motivos de televisión y eso, por encima de cualquier equipo del mundo, por poderoso que sea, no se puede discutir cuando quedó claro (después de la pandemia), que este medio es el que pone las condiciones en el balompié mundial.

En el plano deportivo, cabe destacar que New York, pese a no tener a su máxima estrella, el argentino Valentín Mariano Castellanos, botín de oro y ausente en esta instancia por la expulsión en el partido previo ante Nueva Inglaterra, donde marcó el gol de la victoria, no fue muy superior a Philadelphia. Hubo momentos, inclusive, donde se podía pensar en la victoria del local, especialmente tras el autogol al minuto 65 del peruano Alexander Callens, quien desvío un balón a la línea de meta intentando evitar que el delantero alemán Kacper Przybylko diera el puntapié final. Si bien este gol abría un alborozo total, la clave del partido estuvo en la reacción de Nueva York y en el gol que consiguió el veterano Maxi Moralez noventa segundos más tarde. Al lograr nivelar la pizarra en tan poco tiempo, el plan y la calma inicial se mantenían en curso.
El joven arquero Matthew Freese (23 años), quien recién firmó una extensión con el Union por la próxima temporada, con opción de ampliarla hasta el 2024 y solo jugó como inicialista en siete partidos regulares, quedó absuelto en el gol de la victoria del visitante, pero no tanto en el que le dio la paridad transitoria. En ese primer gol da un rebote tras un remate frontal del francés Maxime Chanot desde unos 25 metros. Muchos consideran que el arquero no estaba bien ubicado, pero diera la impresión que la bola hace una curva hacia afuera lo que obliga al meta a rechazarla con premura y sin convicción. En el consiguiente rebote el balón queda flotando en el área sin que ningún defensor lo pueda despejar y es allí donde aparece Moralez para fusilar el joven guardameta.
En el segundo y definitivo gol, el error parte del lateral derecho Olivier Mbaizo, anticipado por Gudmundur Thórarinsson, tras un servicio de Maxi Morales. Es evidente que el balón venía dividido, pero el defensor camerunés tenía mejores opciones para apoderarse del mismo. Su error radica en que mientras se gira para intentar controlar (referenciando al rival claramente), el volante islandés se apura y le gana el duelo sirviendo un pase que no puede ser interceptado en primera instancia por el veterano francés Aurélien Collin, el cual es aprovechado por el delantero carioca (procedente de Vasco de Gama), metiendo el puntillazo a pesar de la férrea e infructuosa marca del joven floridano Nathan Harriel (20 años).
Pese a que Talles Magno se convirtió en la gran figura por el lapidario gol, es claro que al joven le ha costado adaptarse al ritmo de la liga y por eso solo pudo jugar 444 minutos en la temporada regular. Mucho se ha esperado de este delantero desde su arribo a las toldas neoyorquinas, pero poco es el producido, aunque no se desconoce que con este gol regresa a la retina de los espectadores.
La otra buena noticia que se desprende tras conocer a los dos finalistas del torneo, es que afortunadamente, por el bien del fútbol, la victoria de Portland ante Salt Lake obliga a que el anhelado encuentro se juegue en un estadio de verdad (Providence Park), y no en una cancha de béisbol donde lo único que se debería jugar es este deporte. Nueva York ha llegado a esta instancia después de conseguir dos importantes victorias de visitante ya que solo pudo jugar en el estadio de los Yankees su primer partido de postemporada ante Atlanta United. Ahora tiene que cerrar en un patio difícil, pero como ha quedado demostrado en este torneo: aquí el que se corona campeón tiene que hacerlo en cualquier cancha.