De víctima a victimario, Colombia le gana a Francia 2-3

Primer sorbo de Mundial

Colombia le ganó 3×2 a la selección de Francia iniciando con pie derecho su preparación rumbo a la Copa del Mundo que se jugará en Rusia a mediados del año. Hasta ahí todo bien, pero es el momento de que la prudencia empiece a reinar entre los aficionados cafeteros y la prensa nacional. Ya sabemos lo extremistas que hemos sido históricamente cada vez que se gana o se pierde, por eso no se puede olvidar que la victoria es el resultado de un partido amistoso, con dos seleccionados duros, en proceso de buscar el mejor nivel y sin exigirse al ciento por ciento.

Francia

El encuentro, como tal, deja algunas cosas importantes para destacar desde el campamento colombiano, pero existen otras que merecen revisión y cuidado de cara al futuro.

En primera instancia, no se puede olvidar que el arranque del partido fue un caos total para los colombianos, por eso a los once minutos se perdía 1×0 y quince más tarde, con una pincelada de velocidad y buen toque, la desventaja era de dos goles, lo que hacía suponer un papelón del visitante. Así, por lo menos, se leyó en las redes sociales durante esos minutos donde miles de comentarios en Facebook y Twitter dejaban conocer la desilusión de los aficionados cafeteros.

El primer gol, para revisar, se dio con una amplia superioridad numérica colombiana en sus predios. Línea de cinco en el fondo bien dibujada, una de cuatro quince metros más adelante, quedando todos mal parados en tres toques. Ahora bien, el peor de todos en la maniobra, fue el lateral Santiago Arias quien perdió la referencia (nunca la tuvo a pesar de estar en su zona) y por allí llegó el ingreso de Digne con un remate defectuoso que terminó en gol gracias al regalo de San Ospina. El meta se equivocó en la contención del esférico (medio lo tocó con los dedos) y en el rebote apareció Oliver Giroud quien no desperdicio semejante obsequio.

Un cuarto de hora más tarde (minuto 26), una jugada vertiginosa que inicia Djbril Sidabé por derecha en su propio terreno, dejó a todos los recuperadores visitantes fuera de su zona, lentos y sin oficio. El defensor francés galopa y toca adelante para que el talentoso Antonie Grezmann, acompañándolo libre de marca, ponga un tacón atrás que recoge el estelar Kylian MBappé, quien con un amague hacia afuera, y en vez de rematar como se suponía, le cede el útil a Lamar para que fusile a Ospina quien fue sacrificado. Aquí, de nuevo, Arias llegaba tarde y sin referencia (ojo con esa banda, es la más frágil).

El gol del descuento, como le sucedió a Ospina, se lo comió el arquero Hugo Lioris. Creyó que el centro de Luis Muriel por izquierda iba a ser rematado por Mateus Uribe, quien entraba buscando contactar sin éxito, pero desconcentrando al meta que se quedó esperando el remate mientras el balón se le filtro en la raíz del palo izquierdo. No fue un buen gol, pero resultó clave para evitar que el equipo se desmoronara más.

La segunda fracción es lo verdaderamente destacable. Primero porque Colombia cambia su actitud, aumentan la exigencia física de toda la plantilla presionando alto, se hacen ajustes en las bandas y la zona de recuperación corrige su labor de cierre y complemento.

James, que no había pesado, se hace cargo del equipo y empieza a generar fútbol. Muriel sigue insistiendo por su sector y tuvo dos clarísimas para igualar en ese momento. En la primera un remate que no pudo empalmar (le pegó con la canilla) que se fue a la línea final, lejos del pórtico; y el segundo una reacción monumental de Lioris quien le achicó muy bien el ángulo de tiro. Tan bien como lo había hecho Ospina ante Grezmman en el primer tiempo cuando los blue arrasaban.

En ese momento de inspiración y con un balón recuperado por Uribe, permite que Carlos Sanchez ceda la pelota a un James que la buscó centrándola para que Falcao pusiera su sello personal. Fue un muy buen gol por su creación y concreción. Rápido, vistoso, como tiene que ser si se quiere ser protagonista en un Mundial.

El gol de la victoria es un penal claro que cometió Samuel Umtiti sobre Jose Izquierdo y la definición fuerte de Juan Quintero.

Ganó Colombia, un amistoso, un partido de preparación, de ajuste, de búsqueda de nivel, de acoplamiento, para corregir errores. Lo gano bien, especialmente por la actitud y el juego combinado de la complementaria donde fueron más que los franceses, pero hasta ahí.

¿Se siente bien ganar? ¡Claro que sí!, especialmente en una cancha que hasta entonces había sido prohibida y ante un rival de talla mundial, campeón orbital y repleto de muy buenos jugadores. Por eso debemos sentirnos satisfechos, pero tampoco es el momento de empezar a dar la vuelta olímpica o salir a la calle a tocar bocina, tirar Maizena y huevos crudos, ni más faltaba.

 

 

 

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