ORLANDO 2019: UNA ILUSIÓN QUE NO SE ROMPE

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No es adecuado iniciar rayando en la exageración, pero si es importante sembrar una ilusión ajustada a la realidad. Una ilusión que nos aparte de la pesadilla que se vivió la temporada 2018 donde, después de San José, Orlando fue el peor equipo de toda la competición.

En la primera fecha de la nueva temporada no se debe mirar solo el resultado (que tampoco se puede obviar), como si lo es adentrarnos un poco más en la estructura del equipo, el trabajo táctico, colectivo e individual que son determinantes para volver a creer.

Trabajo táctico

El estratega irlandés, James O’Connor, puso en el terreno de juego ante Nueva York un equipo con nuevas fichas y mas afinado en sus movimientos en la cancha, aunque se cometieron errores graves que deben ser enmendados para ir cerrando esas fisuras que por tantos años han hecho de Orlando un equipo permeable en el fondo, especialmente si se tiene en cuenta que su media histórica es de 1,8 goles por partido en contra. Por eso los dos goles convertidos por NY no se pueden obviar, toda vez que le dan continuidad a este déficit que desequilibra cualquier trabajo por bien intencionado que sea.

Orlando City Club ha tenido problemas en el fondo desde su debut en 2015 y desde entonces se está reclamando que se hagan las reparaciones necesarias para encontrar un equilibrio que le permita avanzar a los juegos de postemporada. El cuadro violeta hace goles y eso es importante. Tiene una media histórica de 1,34 goles marcados por partido, pero no le ayuda su descompensación en el fondo. Por eso debemos iniciar este análisis revisando el sector posterior 2019.

Línea de tres

Orlando arrancó con Alex De John en el fondo acompañado del irlandés Shane O’Neill por derecha y Kamal Miller por izquierda. Jugar con línea de tres no es problema siempre y cuando se tenga elementos rápidos en el regreso y muy concentrados en la lectura del rival y atentos a los despejes. En el caso de Orlando, siempre se vio a De John activado como un libre atrás, inclusive cuando los laterales Kyle Smith (derecha) y el hondureño Danilo Acosta (izquierda), ambos de muy buena proyección, regresaban para ampliar la línea de fondo. Este hombre que flota ocasionalmente en el fondo, como último recurso, será siempre importante si tiene la capacidad de reaccionar con propiedad ante las ventajas de sus compañeros.

Un correcaminos extremo

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En la zona de recuperación se destacó ampliamente la presencia de un jugador llamado Sebastián Méndez, procedente de Cantón Mira, en Ecuador, quien obnubiló con su capacidad de juego. Un elemento que se entrega sin reparos, que corre y muerde en toda la cancha, prolijo en la entrega, descargando siempre con propiedad, con un potente cambio de ritmo y una inmensa cuota de sacrificio. Un joven que patrulló la zona media con atención dando pinceladas de ser, en un futuro cercano, todo un jugador tipo exportación.

Junto al “correcaminos” Méndez también se destacó el coraje del canadiense Wil Johnson quien asfixió al rival, aunque debe hacerlo de una manera mas ordenada y dosificada, toda vez que por momentos es muy aparatoso para marcar.

Kljesta en el fondo

Un jugador que estuvo muy por debajo de su potencial y talento fue Sacha Kljestan. El veterano mediapunta no da una buena, no genera y no marca. Se ve lento, desgastado y fuera de ritmo lo que llama la atención porque cuando estaba en Red Bull era la clave y el detonante ofensivo del conjunto neoyorquino, pero desde que llegó a la Florida se ha ido derrumbando y diluyendo. Si lograra encontrar su nivel sería un elemento clave junto al portugués Nani para romper las defensas rivales.

Los atacantes cumplieron

Se aprecio en ofensiva a Tesho Akindele quien no solo marcó el gol del empate, sino que se fue lesionados después del mismo. Se sabe que no será un jugador titular toda vez que Dom Dwyer será siempre el inicialista después de que recupere su forma física, pero gustó ver su entrega y disponibilidad de marca cuando Orlando intentó limitar los espacios del visitante. Además, estuvo en el lugar adecuado acompañando la acción de ataque, cuando entre Nani y Dwyer generaron la maniobra que lo puso de cara a la portería para decretar la paridad.

Junto a Akindele se vio una vez mas la inquieta figura de Chris Mueller. El joven delantero, quien quiere consagrarse esta temporada, anotó el primer gol del compromiso con un tiro libre que se filtró ante la complicidad de la defensa visitante y el arquero Sean Johnson quien no acertó a buscar el esférico siempre esperando la respuesta de sus compañeros y quedó fuera de acción cuando la pelota le pica antes de irse a la red.

Los tres grandes errores

Hubo tres situaciones puntuales que afectaron negativamente el rendimiento del equipo. La primera de ella tiene que ver en el primer gol del ghanés Ebenezer Ofori al minuto trece. No se debe solo aplaudir el muy buen remate del volante neoyorquino, sino criticar la incapacidad de los volantes de primera línea para cerrar el espacio y ángulo de tiro. El remate fue potente, a ras de piso, pero generado con todo el tiempo que facilita el espacio para acomodar y disparar, de frente a la portería, en un sector donde estas ventajas se pagan caro (Foto 1).

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El segundo error también fue en el gol de Alexander Ring media hora mas tarde. Cuando el medio campista define lo hace porque les ganó la espalda a los centrales, pero fundamentalmente porque recibió un pase de Alexandru Mitrita filtrado en un corredor de seis hombres en acción de marca que no referenciaban a nadie en particular (Foto 2).

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Y el tercer error, radica en los cambios que hace O’Connor al sacar a Méndez y Smith para darle paso a Nani y Dwyer, respectivamente, dejando en evidencia una flaca lectura táctica. En ese momento, y debido al cambio obligado de Tesha por lesión, Dwayer tuvo que haber reemplazado al lesionado y no el paraguayo Josué Colman, mientras que Nani debió ocupar el lugar de Kljesta y no el del ecuatoriano. Por eso, ante la salida de los dos volantes de marca, para poner dos hombres en ofensiva, que nada aportaban en contención, facilitó que NY terminara arrinconando a Orlando en los últimos 20 minutos del compromiso y de no haber sido por las providenciales intervenciones del veterano Brian Rowe, la derrota hubiera sido inminente ante un equipo que fue inferior, discreto, oportunista, el cual solo dio pinceladas de su capacidad cuando el técnico local, con su pobre visión, le regaló la cancha para que intentaran llevarse los tres puntos.

El regalo de Baldomero

El mexicano Baldomero Toledo, juez central del compromiso, tuvo un yerro monumental amparado en la interpretación de la intencionalidad en el juego.

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A la altura del minuto 78 se produce una jugada donde Dwyer intenta rematar con la cabeza un servicio desde la derecha el cual se estrella claramente en la mano del defensor central Maxime Chanot. Baldomero, quien acudió al VAR para resolver el llamado de los locales, dictaminó que no había pasado nada y que la mano no fue intencional dándole continuidad al partido, pero se equivocó al interpretar que un jugador que utiliza las manos separadas de su cuerpo cuando marca, con la intención de reducir el espacio para que el balón circule, está actuando deliberadamente más allá de que la pelota se estrelle o no en alguna de sus manos repentinamente. Era penal claro y el único que no lo vio fue el réferi mexicano.

En términos generales el debut de Orlando en la temporada 2019 fue agradable. Todavía queda mucho para ver y analizar, pero las primeras pinceladas invitan a pensar que de una buena vez se está armando un equipo sólido en el fondo, con principios tácticos definidos y con argumentos colectivos para pelear las posiciones de vanguardia.

Si es cierto que se puede ir ensamblando una defensa acertada y no se rompe con esa vocación eterna de agradar y jugar bien, es muy posible que los aficionados regresen al estadio sin ningún tipo de vergüenza, como la que sintieron el año pasado. Ser el peor de todos es algo que esta afición no merece.

 

Algunas cifras

Michael Bradley de Toronto, marca el primer gol de la nueva estación al minuto 48 de la primera parte ante Filadelfia Unión.

-Se marcaron 40 goles en 12 partidos para una media de 3,3 por partido.

-Filadelfia, Vancouver y San José son únicos locales que no sumaron en casa. Por esta misma razón Toronto, Montreal y Minnesota los tres únicos visitantes en sumar completo.

-El 40% de los partidos se saldaron con empates.

-Seattle Sounders es el mayor goleador con 4 tantos y no hubo un solo estadio donde no se haya marcado gol.

-A propósito, el único equipo en no marcar gol fue el campeón defensor Atalanta United

-Se mostraron 52 tarjetas amarillas para una media de tarjeta cada 22 minutos de juego.  El único equipo que no recibió una sola tarjeta fue el Sounders de Seattle, recibiendo por esto el distintivo de “Juego Limpio”.

-Hubo dos tarjetas rojas. El primer expulsado del torneo fue el defensor suizo de Colorado Axel Sjoberg con roja directa, mientras que el segundo fue el medio campista Matías Vera de Dynamo, pero en este caso por acumulación de dos amarillas.

-En total asistieron 253,582 aficionados, para un promedio de 21,131 aficionados por partido.

-La peor asistencia la tuvo Colorado Rapids con apenas 12,717 asistentes, pero se debe tener en cuenta que hubo una fuerte nevada que afectó el desarrollo normal del compromiso.

-La mejor asistencia se dio en el Century Link Field de Seattle, donde 30,011 aficionados se dieron cita para ver ganar a su equipo ante el novato FC Cincinnati que arrancó su experiencia profesional en la liga con cuatro goles en contra. Orlando fue la cuarta mejor plaza en cuanto asistencia se refiere, con un total de 25,527 aficionados.

 

 

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