Toca jugar sien Diez estrella y Once peones

James Rodríguez, quien sigue un «proceso de recuperación”, esta vez no se pondrá la camiseta de la selección.

La diferencia entre la séptima y octava fecha de la eliminatoria suramericana es de cinco días. El próximo jueves, tres de junio, Colombia estará enfrentando a Perú en Lima, para luego regresar a Barranquilla y esperar a la selección de Argentina, confiando que todo sea normal a pesar de los problemas sociales que vive en el país.

James Rodríguez, que no va con la selección, después de ser desafectado el viernes pasado en un comunicado oficial de la Federación Colombiana de Fútbol, se disgustó e hizo, como siempre, un conato de bronca tratando de justificar lo injustificable.

En primera instancia, en cualquier entidad, llámese como se llame, la disciplina es factor de crecimiento, responsabilidad y compromiso, sin mencionar una alta cuota de seriedad.

El volante del Everton inglés, que estaba supuesto a presentarse el viernes pasado, después de llevar una semana en Medellín compartiendo con su hija y familia, que es justo, le notificó al cuerpo técnico, como lo anunció en su comunicado, que no estaría listo para el partido en Perú, pero si contra Argentina (cinco días después) y la Copa América. Aseguró, continuando con sus declaraciones, que “Vengo de una recuperación que está en su parte final. En la que he tomado el tiempo suficiente para integrarme en plenitud de condiciones a la práctica del fútbol y de esta manera no afectar mi participación en los próximos compromisos de nuestra Selección.

Los tiempos pertinentes de este proceso -continúa el anuncio- me sugieren tener precaución para participar en la fecha 7 de la eliminatoria, pero me permitirían integrarme de lleno en la fecha 8 y por supuesto estar para la Copa América 2021”.

Ahora, después de leer lo anterior con detenimiento, vale preguntar: ¿de verdad cinco días, a esta altura de la recuperación, son tan determinantes ya en su ciclo final o aspiraba a estar más tiempo con su familia, confiando en que nada pasaría? ¿No será que James, quien de acuerdo con fuentes cercanas a la selección, planeaba continuar la “adecuación física” en su finca de Medellín, con su declaración, nos confirma por qué no lo quiso el Bayer, Zidane, y porqué muchos equipos ni siquiera lo miran, salvo aquellos donde ha estado Ancelotti?

El volante colombiano está precedido de una aureola de grandeza y estrellato que, al parecer, por momentos lo marea y sigue convencido que con soponcios de gran figura le es suficiente para lograr sus propósitos de hacer en el equipo nacional lo que quiera o generar malestar, pero esta vez se equivocó de “cabo a rabo”.

Escuchando al técnico en su primera conferencia de prensa, se puede leer entre líneas que el malestar radica porque el jugador prefirió seguir ausente de la concentración, y cuidarse en Medellín, que integrarse al grupo y dejar que los profesionales de la selección lo cuidaran y valoraran (eso explica la metáfora del 500% empleada por el estratega).

Rodríguez, que es un buen jugador, que se ha ganado el reconocimiento por lo que ha hecho en la cancha, pero lo borra todo con su actitud y poco sacrificio, creyó que por ser el 10 y el mimado de muchos aficionados iba a lograr un trato especial y generar un malestar total en contra del cuerpo técnico, lo cual no es cierto cuando al frente hay un hombre con personalidad como Reynaldo Rueda quien al final es el que dispone y manda gústele a quien le guste.

En una selección el grupo prima por encima de los intereses particulares de un jugador, y eso ha quedado claro con Reynaldo y quién sabe si algo parecido pasaba con Queiroz, quien siempre tuvo fama de permisivo cuando dirigió a las grandes estrellas de Real Madrid.

En el plano físico, revisando el historial del jugador, se aprecia que desde la temporada 204 y 2015, viene arrastrando una lesión en la pantorrilla, combinada con otras más que lo han hecho permanecer mucho tiempo por fuera de las canchas, mientras que los honorarios no bajan y se convierte en una carga para cualquier equipo.

Ojalá que este golpe de autoridad le deje claro a James quien es el que manda y cuál es su lugar en el grupo. Si quiere seguir siendo figura y estrella en Inglaterra que lo haga con lo que sabe y puede, pero cuando se habla del equipo de una país es fundamental que todos los convocados sean peones y con ganas de sacrificio. Por lo demás que tenga pronta recuperación y si de cara al futuro quiere entrenar al grupo para ser uno más y trabajar con compromiso, bienvenido al club.

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