MLS Playoffs 2021: SOLO FALTAN DOS PARA INICIAR SEMIFINALES DE CONFERENCIAS

Este martes 23 de noviembre, con los partidos Nashville-Orlando City (Fox Deportes a las 8 de la noche), y Seattle Sounders-Real Salta Lake (Fox Deportes a las 10:30 de la noche), quedan definidos los ocho equipos que irán a la fase semifinal de la MLS, para luego jugar los partidos divisionales en busca del campeón del Este y Oeste, y de allí dar el salto a la gran final del torneo.

Es bueno aclarar, en especial a las personas que no están familiarizadas con el desarrollo de la prueba, que de los 14 equipos clasificados (7 por cada conferencia), ya quedaron eliminados en primera ronda por el Este NY Red Bull y Atlanta a manos de Filadelfia y NYCFC respectivamente, faltando por conocer cúal se queda de Nashville y Orlando.

Por composición de las llaves, de acuerdo a cómo finalizó cada conjunto en el torneo regular, los playoffs se juegan a un solo partido en la casa del mejor clasificado de la llave y con la posibilidad de jugar tiempos extras e instancia de penales en caso de existir un empate inquebrantable. New York City Fútbol Club (NYCFC), después de liquidar a Atlanta, ahora va a visitar a Nueva Inglaterra que no jugó en la primera ronda de Playoffs por haber terminado primero en la división (al término de las 34 fechas), y jugará siempre de local en tanto se mantenga en competencia, mientras que Filadelfia, que despachó a Red Bull, espera conocer a su rival mañana en la noche.

Portland, que doblegó a Minnesota, visitará a Colorado que dominó la conferencia Oeste y por ende descansaba, mientras que Kansas City, ganador contra Vancouver, espera al que salga airoso entre Seattle y Utah.  

Sebastián Blanco brilló en su casa

La jornada dominical cerró con un delirio absoluto en el estadio Providence Park de Portland. Allí el equipo del DT venezolano Giovanni Savaresse liquidó a Minnesota United tres goles por uno con un fútbol preciso y contundente. Es cierto que hubo una jugada discutida en la parte complementaria por una mano clara del extremo izquierdo Dairon Asprilla que fue penal (salvo para la gente del VAR), pero más allá de esta situación, que debió sancionarse, el dominio y las situaciones de riesgo siempre fueron del local.

El volante mendocino, Franco Fragapane, había puesto a la visita en ventaja a tan solo 11 minutos de arrancar el partido en una jugada que por derecha coje mal perfilada a la defensa local y permite que el gaucho remate solo sobre el sector opuesto. Sin embargo, Portland no se asusta y mucho menos pierde el control, logrando concretar su superioridad a través del africano Larrys Mabiala en el minuto 43. Un minuto antes del gol ya Mabiala había avisado con una “bicicleta” que fue despejada con el hombro (no con la mano) por el defensor Bakaye Dibassy (Mali) y otro remate potente de Jimmi Chará que despejó con apuro el arquero canadiense Dayne St. Clair.

En el arranque de la segunda fracción el partido quedaría liquidado en veinte minutos. Al 47 un remate defectuoso con la cabeza del cubano Osvaldo Alonso, deja un balón flotando en el área para que, con su gran condición técnica, el volante argentino Sebastián Blanco, quien ya arregló con el equipo para cesar especulaciones, anidara el segundo de Portland.

Un cuarto de hora mas tarde, en un balón que se pierde por la izquierda, muy cerca de la línea divisoria, se inicia una jugada un poco extraña no por el desarrollo de la misma, sino por la pasividad del visitante. Emmanuel Reynoso intentó asociarse con el defensa Chase Gasper en ofensiva, pero este último pierde el útil con José Carlos Rankin. El mexicano que transita libre, como si fuera de paseo, ajeno a cualquier marca y mientras la defensa de Minnesota se alineaba para la foto, le cede al balón a Blanco para que este, desde 22 metros y con todo el permiso para que ejecute con elegancia precisa, mete un misil que valió la taquilla. Fue un golazo.

De ahí en más el conjunto del británico Adrian Heath terminó hecho un nudo, sin claridad y con un Reynoso (su eje principal), ahogado en la desesperación de sus compañeros que terminaron alegando y peleando, olvidándose de jugar a la pelota. Portland ganó bien porque fue mejor de principio a fin.

Atlanta intentó, pero terminó sin ideas

En el estadio de los Yankees, el conjunto de NY City Fútbol Club derrotó dos por cero a su similar de Atlanta que, como dato particular, es la primera vez que permite más de un gol en compromisos de playoffs. Los goles del partido tuvieron tintes latinoamericanos al ser marcados por el botín de oro, el argentino Valentín Castellanos y el defensor peruano Alexander Callens.

El encuentro, en términos generales, resultó sumamente entretenido con dos equipos brindados a jugar, pero con un NYCFC más cómodo en un terreno que resulta imposible para jugar bien a la pelota, especialmente como le gusta al conjunto de Gonzalo Pineda. Por eso, en la primera fracción, el visitante intentó manejar el esférico con mayor propiedad aprovechando las bondades técnicas de jugadores como Ezequiel Barco, Marcelino Moreno o el brasileño Luiz Araujo. Sin embargo, pese a las intenciones, New York mantuvo dos líneas de cuatro muy cerradas que se hicieron impenetrables por la mitad y cuando se intentó ampliar el terreno los resultados tampoco fueron los mejores, mientras que NY aprovechaba la velocidad y movilidad de Castellanos para generar algún tipo de peligro.

Para la parte complementaria aparecen los goles en los primeros diez minutos y Atlanta no se puede sacudir de la sorpresa, de la incomodidad en la marca y la disposición colectiva del conjunto celeste que salió con otra actitud. Después del segundo gol de Callens al minuto 53 (Castellanos abrió la pizarra a los 49), las cosas se tornaron más confusas y de a poco se desdibujó Atlanta al punto de verse superado claramente por NY. De hecho, la presencia de un jugador clave como el venezolano Joseph Martinez pasó inadvertida toda vez que intentó a portería en una ocasión durante los 90 minutos.

No hubo nada que pudiera ayudar a pensar en que Atlanta tuviera alguna posibilidad de igualar o superar el escollo, generando tan solo dos situaciones de riesgo que fueron bien controladas por el meta Sean Johnson. De esta pálida forma Pineda concluyó la ilusión de hacer avanzar un equipo que tuvo una temporada llena de irregularidades, contratiempos y malestar colectivo, como quiera que en los primeros meses nunca pudo encontrar ese nivel que ha mostrado desde que llegó a la primera división. Es cierto que con Pineda se pudo alargar la ilusión, pero en la cancha quedó dibujado un proyecto que todavía tiene mucho por hacer, pero que marcha por buen camino como quiera que Atlanta es hoy un colectivo muy distinto a ese que despegó la temporada con un fútbol frío e improductivo al estilo de Gabriel Heinz.

La mala noticia para el ganador es que ahora debe salir de su estadio e ir a la casa del máximo favorito. No solo es la idea de enfrentar al equipo de Bruce Arena, sino alejarse de una cancha que les da ventajas por lo incómoda que es, por la dimensiones del espacio útil, pero fundamentalmente porque aquí se juega béisbol y sigue siendo un atentado contra la naturaleza del deporte en sí.

Jakob y su pincelada de oro

Cuando Jakob Glasnes amortiguó el balón en el pecho, tras el despeje en el área de Andrew Gutman, en los albores de un partido enredado que se intentaban definir con desespero y angustia en la caja mayor del visitante, el noruego no tenía presente que quizás esa era la última acción de todo el alargue contra los Toros Rojos de New York y de ahí a sufrir lo indecible en la definición desde los doce pasos.

Sin embargo, como sucedió aquella tarde del mes de junio, cuando visitaban a Atlanta United, el zaguero central no dudó en sacar un potente remate de pierna derecha que fue dibujando una parábola promisoria y descendente al pórtico del meta brasileño Carlos Miguel Coronel, quien se estiraba con un máximo esfuerzo buscando evitar lo impensable. Fue un golazo que sacudió las tribunas del estadio Subaru Park donde los asistentes gritaban, se abrazaba y lloraban de emoción. Fue un gol que calmó la ansiedad de un partido sin claridad futbolística, sin abundancia de ideas, pero disputado con pundonor hasta el final.

El visitante tuvo algunas acciones claras a lo largo del compromiso para romper la resistencia del jamaiquino Andre Blake, pero el estelar guardameta reaccionó con propiedad cuando fue exigido. Igual pasó con el local que desperdició un par de acciones manifiestas, una de ellas del alemán Kacper Przybylko y la otra del brasileño Sergio Santos, de frente a la portería de Coronel, pero los nervios estaban destrozando la claridad de los atacantes en ambos bandos.

El partido se caracterizó por una velocidad constante que atentó contra la precisión en la entrega y tenencia del esférico; hubo momentos de mucha fricción propios del nerviosismo y a pesar de que el encuentro se tornó en un torbellino impredecible de ida y vuelta, los defensores de ambos bandos estaban atentos a controlar cualquier amago en el último tercio.

Philadelphia jugó con una línea de cuatro en el fondo muy aplicada y le apuntó a la salida por derecha del volante juvenil Paxton Aaronson (18 años), quien se fue diluyendo con el paso de los minutos. En el sector opuesto se mostró el húngaro Daniel Gazdag de mejor actuación, aunque tampoco fue una fórmula brillante. Sin embargo, la gran batalla se libraba en la parte central donde hombres de Filadelfia como el venezolano José Andrés Martínez y el capitán Alejandro Bedoya, intentaban darle equilibrio a su equipo ante los yerros en entrega que se daban a cada instante por la presión asfixiante de Red Bull, especialmente con jugadores como Sean Akira Davis, caudillo estelar y volante de corte inclaudicable, al lado de un elemento como Kyle Duncan que confirmó porqué se lo llevan para Europa. Es un jugador fuerte, aguerrido y con mucha claridad para entregar, asociarse y probar a la línea de meta (un remate cruzado se estrelló en el vertical derecho de Blake en el primer tiempo de alargue).

Al final el público se fue feliz de saber que su equipo sigue en la batalla y ahora mira con interés lo que pase el próximo martes en Nashville donde el local recibe al siempre difícil Orlando City.

El técnico visitante, el austriaco Gerhard Struber, reconoció la victoria del local y elogió el compromiso y la entrega de un equipo muy joven al que nadie le apostaba al comienzo de la temporada.

Kansas City demolió a los Whitecaps

En el primer partido de la conferencia Oeste, también jugado el sábado a segunda hora, Sporting Kansas City (aspirante al título), despachó por la vía del nocaut a los “gorras blancas” de Vancouver, ahora dirigidos permanentemente por el italiano Vanni Sartini, quien tomó al equipo de manera interina tras el despido del canadiense Marc Do Santos por su pobre campaña, y logró ponerlo en los playoffs, así lo hecho en este último duelo no haya impresionados mucho.

Kansas City, dirigido por el carismático Peter Vermes, quien pataleó en la línea todo el partido como si fuera un niño de primaria, no tuvo que esperar mucho para asegurar el marcador. A los 17 minutos un servicio largo desde el sector izquierdo que recibe Adam Zusi, despachado por el húngaro Daniel Salloi, lo toma el defensa de Kansas arrojándose al piso dentro de la caja mayor, pero de manera inteligente, en vez de intentar controlar, sirve de primera para que con un toque particular el atacante Khiry Shelton abriera el pizarrón.  

Vancouver se encontró con el empate gracias a un grueso error del defensa portugués Luis Nartins, quien sale a despejar un con los brazos abiertos, tras un tiro libre, impactando de manera clara el balón. Claro que la acción fue confirmada por el VAR ya que el central Allan Kelly ni el segundo juez de línea, Mike Rottersman, se percataron del asunto. El cobro lo hizo el colombiano Christian Dájome y la paridad transitoria, ya que en el alargue de la complementaria, tras una nubecilla de indecisiones y defectuosos despeje, después de un tiro de esquina, apareció la figura del defensor galo Nicolas Isimat-Mirin, quien por lo menos, así no haya sido con el mejor gesto técnico, le dio dirección a la portería del visitante con el muslo o contra muslo (vaya uno a saber).

El definitivo gol de la victoria se produce una vez más con la sociedad Salloi-Zusi. El húngaro recogió un servicio que el defensor le proporcionó desde la derecha, para luego atravesarse desde la izquierda todo el frente del área y ceder, una vez más, el útil a quien se lo había entregado. Zusi que acepta el reto, saca un fuerte remate muy cerca del ángulo izquierdo del área mayor y de manera precisa ve como el proyectil lanzado se anida en la malla del canadiense Maxime Crépeau. Fue otro gol bonito, de esos que se hacen cuando las posibilidades de ingresar en las 16,50 no son muy claras, y que cada vez se hacen mas vigentes y necesarias en el fútbol moderno.

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