
Por: Jairo A. Castrillon
Se retiró de la actividad profesional el argentino Sergio Agüero y las lágrimas reflejaron su angustia, pero el cuerpo de un atleta, así como lo dimensiona, también se cansa por la exigencia y el desgaste. Qué bueno que el excelso delantero haya tomado la decisión más sabia ya que con su juventud y lo que ha cosechado en una próspera carrera deportiva, es hora de que su vida tome otro curso donde pueda disfrutar de su esfuerzo y la alegría del gol que brindó en tantas canchas del mundo, siendo importante mencionar que no es el primero ni el único que enfrenta una situación como esta.
Todos recordaremos que en la pasada Eurocopa 2020 el danés Christian Eriksen, después de vestirse de cortos por mucho tiempo, se desplomó porque su corazón se agotó y hoy es un testimonio de vida gracias a que los cuerpos médicos lograron rescatarlo de la muerte, ya que estuvo en sus brazos por varios segundos. Sin embargo el jugador todavía no da por terminada su carrera y le apunta a los “milagros” tecnológicos para extenderla un poco más aunque sin garantías.
Recordaran otros que en la sexta edición de la Copa Confederaciones que se jugaba en Francia en 2003, los ojos del mundo se desorbitaron al ver caer en la mitad de la cancha al atlético volante de marca camerunés Marc Vivien-Foe cuando enfrentaban al seleccionado de Colombia que dirigía el profesor Francisco Maturana. El corazón del espigado mediocampista se rompió y tras su deceso quedaron muchos interrogantes sobre el cuidado y las condiciones físicas de los deportistas. Sin embargo, ahora que la tecnología ya evita el aislamiento informático, es claro establecer que esta situación se repite de manera frecuente (más de lo que nos imaginamos) en distintas canchas del mundo, en variados escenarios.

En esta lista de sucesos fatales y sorpresivos, como se puede leer en un extenso artículo presentado hace una semanas por El Atlético, podemos mencionar a Emil Palsson quien no entró en la lista de fallecidos, pero si en aquella donde los milagros tienen cabida. Según los médicos que lo rescataron, el volante islandés (que juega en la segunda división de Noruega), estuvo muerto por 4 minutos hasta que por fin lo regresaron a este mundo y lo despacharon al hospital más cercano para que recibiera el tratamiento adecuado. A sus 28 años no necesitó de más avisos para comprender que su carrera terminaba en el acto tal vez sin la cosecha monetaria de otros estelares, pero vivo al fin.
En Bélgica, hace un par de meses, un chico de 18 años llamado Rune Coghe se desplomó jugando para el Eendracht Hooglede afiliado al tercer circuito. Este fue otro caso con un afortunado final, pero algunos atletas siguen insistiendo que esta situación se ha presentado después de haber recibido la vacuna contra el covid-19. Sin embargo, los médicos aseguran que afirmar esto carece de toda prueba científica y seriedad pues está claro que hoy, por ser más conscientes de la frecuencia de este tipo de incidentes, buscamos justificaciones inmediatas para resolver una situación que supera la frecuencia que uno supone.
El periódico alemán Berliner Zeitung, reportó en un artículo reciente un total de 23 casos desde el 11 de julio y el 15 de octubre, registrados entre jugadores, técnicos y asistentes, dentro de la cancha, concluyendo que en el mundo de fútbol, en ese periodo, se presentó un caso relacionado a fallas cardiacas en el gremio futbolero cada cuatro días, por lo que el asunto debería tener una nueva óptica.
Otra víctima reciente, como tal, fue un chico de 17 años llamado Dylan Rich quien jugaba para el Nottinghamshire inglés, en uno de los torneos de ascenso. Gracia a la presencia del desfibrilador en la cancha pudo ser montado en la ambulancia con vida, pero en el camino sufrió un segundo infarto y falleció.

La Escuela de Medicina británica reveló en 2018, a través de un extenso informe, donde analizaron a más de 11,168 futbolistas de todo el país, entre todas las divisiones, de los cuales un 95% eran hombres, que los más propensos a tener fallas en su corazón, cuando están en alta competencia, son los jugadores de descendencia afro.
Dentro de las muchas conclusiones o teorías que se han establecido para intentar explicar este fenómeno que también se da por un proceso de desgaste obligado, existe una que llama poderosamente la atención y que obliga, especialmente en escuelas de formación para aficionados, a que se evalúen detalladamente los chicos que van a iniciar un proceso de entrenamiento de alta competencia (atención padres de familia). Esta teoría subraya que no necesariamente por ser joven se tienen todas las garantías para realizar actividades de gruesa exigencia física y cargas pensadas de trabajo.
El fútbol, hoy, es un deporte donde la exigencia física se ha triplicado y donde el esfuerzo en la cancha se multiplica no solo por los movimientos en ofensiva, sino la necesidad de presionar en toda la cancha, lo que requiere un mayor grado de concentración y capacidad.
Otro elemento que podría contribuir para el debilitamiento de la mente y el corazón de los atletas, es su interacción a través de las redes sociales. Si bien no es por esto que se afectan, es claro que los cambios emocionales y el estrés ayudan para que el organismo trabaje de otra manera, con mayor presión y una disposición más frágil cuando hay hormonas y elementos que afectan la parte anímica.
Un caso triste, para cerrar, es la historia de Giuseppe Perrino, un futbolista italiano que alguna vez estuvo en la plantilla del Parma, quien decidió organizar un partido de recordación para su hermano que había fallecido por una arritmia cardiaca cuando corría una carrera ciclística en 2018. Desafortunadamente para el hermano de Rocco (así se llamaba el ciclista), su corazón tampoco aguantó y en medio del compromiso se desplomó con él reventado, de manera fulminante a los 28 años de edad.
Con lo anterior se necesario aplaudir la decisión tomada por el Kun Agüero. Es cierto que todavía le quedaba algo para entregarle al Barcelona como goleador, especialmente cuando adolecen de delanteros efectivos en este nuevo ciclo, pero en la vida es más importante tomar decisiones sabias, sin esperar a que la tragedia toque a las puertas. Ya el argentino había tenido un llamado de atención cuando su corazón empezó a comportarse de otra manera vestido de cortos. Lo lógico entonces es ponderar su llanto de tristeza augurándole muchos pero muchos años de vida y dándole gracias por su aporte al fútbol.
