El “Chico Malo” de la MLS

David Ochoa, estilo y calidad en Real Salt Lake

La frustración del joven guardameta era evidente tras recibir el segundo gol de Portland. Una bella anotación que convirtió el colombiano Santiago Moreno (21 años), con un potente remate de 20 metros que se estrelló en la base le palo derecho, rebotando e impactando la espalda del arquero antes de anidarse, decretando el lapidario gol que arruinaba cualquier aspiración de avanzar. Mientras tanto, en las tribunas, no todo era alegría por el paso a la final, sino por ver derrotado a un chico que poco a poco empieza a ganarse la enemistad de muchos y el respeto de otros.

Para el joven David Ochoa, guardameta de Real Salt Lake City, la extinta temporada fue inolvidable en el plano colectivo e individual. A sus 20 años es titular de un equipo que se movió más allá de las expectativas, con una nómina sencilla y donde su presencia no pasó inadvertida, especialmente en las instancias más complicadas.

Un aspecto por el que empiezan a distinguirlo en la cancha es su temperamento fuerte y la facilidad para decir cosas que causan molestia e incomodan. Pese a que apenas tiene pocos partidos como profesional, David se ganó la confianza de su técnico, Pablo Mastroeni, quien no plaude abiertamente sus comentarios, pero tampoco evita que lo haga porque entiende esa pasión que lo caracterizó cuando jugaba identificándolo, de alguna manera, con los sentimientos de su joven arquero.

De ahí en adelante, después de clasificar como el último equipo a los juegos de postemporada, Ochoa fue el referente de los medios para expresar la alegría de su sus compañeros en la medida que fueron rompiendo pronósticos contra Seattle y Kansas City que eran los máximos candidatos a quedarse con el título divisional. “Me encanta ganar y de eso tienes que hablar un poco. En Seattle todo el tiempo estuvieron hablando mal de nosotros e incluso creyeron que no pasaríamos de la primera ronda y son esos comentarios los que te hacen jugar mejor», expresó el meta en su momento antes de la caída en el Providence Park frente a los Leñadores de Portland.

Ochoa es nacido en Oxnard, California, y llegó al profesionalismo después de hacer un proceso formativo en las divisiones menores de Real Salt Lake, siendo fue figura con el equipo Monarca de la segunda división. De allí es llamado a la primera plantilla y durante la temporada 2021 fue el titular en 28 de los 36 partidos jugados (dos de postemporada).

Tuvo la oportunidad de formar parte de la selección juvenil de los Estados Unidos, incluyendo la que buscó la clasificación a los juegos olímpicos, donde de paso no le fue muy bien, y en algún momento Greg Berhalter lo seleccionó para que integrara el equipo absoluto en la última edición de la Copa de Oro aunque nunca estuvo en la cancha, lo que frustró al joven guardameta. Poco tiempo después sería invitado por Gerardo Martino para que trabajara con la selección azteca y fue allí donde pudo definir a cuál bando quería pertenecer, ya que se sintió cómodo entre los jugadores del Tri, como lo expresaría en una amplio artículo que escribió para el portal “La Tribuna del Deportista”, donde reconoce todo lo que ha recibido del fútbol estadounidense, pero no oculta, por sus raíces, un apego y admiración por lo mexicano.

En una nota publicada por El Atlético, Ochoa se refiere un poco a ese estilo polémico y conflictivo que de a poco lo empieza a encasillar como uno de esos elementos que aprecia las jugadas al límite del reglamento, atentando contra la esencia del deporte como tal, algo que no es bien visto por la afición y la cultura deportiva anglosajona en particular, pero que en otros países forma parte de la normalidad. “Los estadounidenses tienen más interés en el buen espíritu deportivo y son un poco blandos. Deben darse cuenta de que el fútbol es el deporte más importante del mundo y es enorme en América del Sur donde los jugadores son conocidos por tener ese tipo de carácter. Crecí viendo la liga mexicana y todos los jugadores tienen su temperamento. En el pasado, cuando el VAR no existía, la forma en que marcaban, las «artes oscuras» que usaban, eran muchas más. Crecí viéndolos, así que sé todo lo que hay, pero obviamente tienes que bajar el tono un poco por el VAR y esas cosas”, aseguró David en la nota.

En el relato personal que hace explicando su decisión de quedarse con la selección de México de aquí en adelante (a pesar que todavía tiene foto en la página de la selección USA), Ocho reseña lo complicado que resulta tener dos culturas añadidas y lo complejo que puede ser definirse por una. Cuando tuvo la opción de probarse en las divisiones menores de Chivas de Guadalajara, siempre lo miraban de manera extraña, como si fuera extranjero, tocándole vivir momentos de presión, burla y matoneo por parte de sus mismos compañeros. “Era muy duro estar con los niños mexicanos en Chivas. Tenía pasaporte mexicano, parecía mexicano, pero como había venido de los Estados Unidos, yo siempre era el “gringo”. Para ellos, era el niño americano malcriado que tenía todo a disposición. En cada entrenamiento me molestaban con todo tipo de comentarios sobre lo fácil que era mi vida en Oxnard. Y cada vez que me equivocaba en alguna palabra —porque mi español no era tan bueno como el de ellos— me lo echaban en cara: ¡Pinche gringo!”. En Estados Unidos, para complementar, yo era “the mexican”, mientras que en México, reitero, era “el gringo.”

Si bien la decisión es respetable, y el jugador ha tenido la delicadeza de no herir susceptibilidades a la hora de expresar sus pensamientos cuando decidió definir su bando, Ochoa debe entender y aceptar que los comentarios y provocaciones le añaden una firma personal a su estilo, pero no cambia la mentalidad de una afición que quiere ir a los estadios a ver un espectáculo familiar donde los jugadores se entreguen en procura de una distracción digna y no con la marrullería que, a pesar de que él la vea normal, le está robando calidad a los compromisos en todos los rincones del mundo, ya que la pérdida deliberada de tiempo es un mal que, en algún momento, los rectores de este deporte deben combatir de manera frontal así muchos coincidan en que esto forma parte de la tradición histórica del deporte en sí.

David Ochoa descansa después de la eliminación y ahora se prepara para confirmar en la próxima estación por qué puede llegar a ser uno de los mejores arqueros de la MLS, siempre disponible para el Tata Martino y no para Berhalter porque sus raíces familiares marcaron la ruta a la hora de representar un país.

Gracias por su tiempo

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