Llegan nuevas «vedettes» a la liga de todos.

La segunda recta de la MLS se ha puesto muy emotiva y es complicado vislumbrar los posibles clasificados de cada división a las series de postemporada. Hay algunos clubes que dan pinceladas de regularidad, otros se han presentado como los grandes animadores a pesar de su corta edad, y un grupo importante de los más tradicionales oncenos se mueven entre la angustia, la discreción, el desconcierto y la mediocridad. Toca esperar si van a despertar o seguirán por la ruta del desencanto, porque en caso de que se animen, como todos esperamos, la batalla por la clasificación se tornará en un campo minado donde cada fecha el que dude se cae.

En un intento por recomponer el camino muchos equipos se han preocupado por traer jugadores importante que permitan ajustar los yerros o potenciar la ventajas. Lo último que se escucha en el apartado de los que van y vienen incluye el nombre del uruguayo Luis Suárez quien pudiera recalar en la gran manzana vistiendo la camiseta de un NYCFC que sigue pendiente de la posible salida de su goleador Valentín Castellanos, quien defiende con ahínco el “botín de oro” obtenido en 2021.

También se escuchan rumores sobre la posible llegada del estelar inglés Jessie Lingard a la capital del país, ante el pedido expreso del nuevo timonel capitalino con quien tiene una larga amistad y aprovechando que se su contrato con Machester United claudicó.

Por eso jugadores de talla como el extremo italiano Lorenzo Insigne o su connacional defensor, Domenico Criscito, se unen a un Toronto que llora sumergido en el sótano del acumulado, aunque es claro que su estratega, el respetado Bob Bradley, ya sabe cuáles son las debilidades del grupo y por eso permitió que un elemento de alta riqueza técnica como el español Alejandro Pozuelo se fuera para Miami, donde seguramente brillará porque los floridanos manejan un fútbol más pausado y regulado.

Así mismo, se hicieron a los servicios del preciado volante mixto Mark-Anthony Kane, quien dará mayor solides a la zona de contención. El canadiense es jugador clave en la selección de su país, y dejó una alta imagen en LAFC y Colorado, que han sido sus dos clubes más recientes.

Entendiendo que en el fondo las cosas van de mal en peor, aceptaron que el mexicano Carlos Salcedo, de cual se esperaba comandara la retaguardia con prestancia, regrese a su país dándose por terminado el vínculo contractual. Fue así como se abrió la posibilidad para que otro italiano, esta vez procedente del Juventus, recale en Toronto. El extremo es variante clave para que los canadienses recompongan una imagen que cada vez se deteriora más, especialmente cuando fueron de los peores el año pasado y esta temporada se mantienen por el mismo lindero. Su nombre es Federico Bernardeschi y con 28 años llega con una experiencia amplia en la primera división de su país.

Dynamo de Houston, por su parte, ha vinculado a un estelar y exquisito jugador como lo es el mexicano Héctor Herrera quien ya probó la grama y admitió que el nivel de exigencia “es mucho más de lo que se esperaba”. El segundo equipo de Texas está como una montaña rusa: hay veces despliega un juego brillante y otras confunde y da grima.

Austin FC, el segundo más tierno de la liga, como quiera que debutase el año pasado y mantiene una racha de más 18 fechas con aforo total en su casa (estadio Q2), no solo cabalga en los primeros lugares de la división (hoy es el primero en todo), sino que tampoco quiere ceder terreno y para eso realiza ajustes que le permitan mantener el buen ritmo exhibido.

Tan pronto como la próxima semana, se puede oficializar la contratación del extremo argentino Emiliano Rigoni (es mitad italiano), quien dejaría a Sao Paulo de Brasil para vivir la aventura MLS. Rigoni tiene 29 años y ha cosechado un amplio recorrido en Italia y Argentina, entre otros. Su presencia servirá para ocupar el lugar del desafectado paraguayo Cecilio Domínguez, después de resultar implicado en un escándalo de violencia doméstica que sigue su curso (y que al parecer no pinta bien). El guaraní era uno de los jugadores más queridos por la afición y desde el arranque demostró que estaba para ser una figura importante.

LAFC, que sigue intentando mantener su hegemonía en la división Oeste, que ahora se la está complicado Austin, pronto mostrará al súper veterano de Giorgio Chiellini quien viene a dejar hasta el último cabello de lo poco que le queda, junto al glamuroso Garteh Bale quien ha dicho, sin jugar, que “considera la posibilidad de quedarse en la MLS un par de temporadas”.

Nueva Inglaterra, que el año pasado reventó a propios y extraños, para desinflarse ente NYCFC en el cuartos de final, intenta afanosamente sanar las heridas que le han dejado elementos como Matt Turner (arquero), Tajon Buchanan (extremo), y el goleador polaco Adam Buksa, quienes se fueron para Europa a probar nuevos retos.

Con el arribo del colombiano Dylan Borrero (reemplazando al extremo canadiense), un joven arquero como el serbio Djordje Petrovic que pinta muy bien y de a poco se gana la confianza de todos, ahora con la llegada de otro italiano, el atacante Giacomo Vrioni, los dirigidos por Bruce Arena esperan encontrar las herramientas para mantener una curva regular de rendimiento, sin altibajos y con menos escaramuzas de las que han cosechado hasta el momento.

Columbus Crew, que hace un mes anunciaba la llegada de Juan Camilo Hernández como la gran novedad, hoy esta pletórico de alegría. El colombiano, que solo ha jugado 73 minutos, no solo ha marcado 3 goles (media de un gol cada 24 minutos), sino que le ha dado al equipo un segundo aire ya que le ha permitido rescatar puntos que estaban extraviados y que ahora los ponen muy cerca de la zona de clasificación.

El pereirano, a quienes todos los narradores americanos ya aprendieron a decirle “cucho”, sin tener idea de lo que significa, ha demostrado para qué deben llegar los “Jugadores Designados”, sin esconder que su explosivo despegue se debe al gran empalme que ha hecho con el genial Lucas Zelarayán.

Si el equipo de Caleb Porter se ajusta en la línea de fondo y aumenta la recuperación en la mitad, seguramente que podrá pensar con seriedad en llegar a unos juegos de postemporada que el año pasado le fueron esquivos hasta la última fecha del torneo regular.

En la capital del país, donde uno de los clásicos clubes de la liga (así se llaman a los fundadores de esta), se sigue diluyendo por su incapacidad, ahora le apuntan a que el británico Wyne Rooney les va a resolver la situación lo cual resulta cuestionable. Puede que ayude, que mejore, que gane partidos, pero nada tendrá un efecto contrario sino se trabaja o refuerza el sector posterior. Este equipo necesita afanosamente de un volante de marca recio, un central con experiencia y un lateral izquierdo con recorrido. Su promedio de goles en ofensiva es de 1.40 por partido, pero recibe casi el doble por encuentro (2.10), y si bien la llegada de griego Fountas ayudó a mejorar la capacidad de definición, donde se ha convertido en el máximo artillero del grupo con 10 dianas, su aporte no trasciende cuando se está en un equipo que solo sabe perder.

Rooney, quien tuvo un paso brillante por el equipo capitalino, reemplazará al interino Chad Ashton quien reemplazó al argentino Hernán Lozada desafectado en el mes de abril, y a quien pensaba confirmar en el cargo por lo menos hasta que terminara la temporada, pero el 7×0 lapidario ante Philladelphia resultó insostenible. Ojalá y le alcance al británico con su presencia y trabajo para fortalecer un equipo anímicamente decaído y colectivamente frágil.

Un pequeño correctivo

Para rematar me gustaría recomendarles a los estadistas de la liga que intenten ir un poco más allá para definir algunas de sus cifras ya que en el acumulado de goleadores han puesto a los artilleros no se si por orden de preferencia o qué.

Si bien Castellanos marcha intocable con 12 goles, el segundo por promedio de efectividad debería ser Ebobisse y después Jesús Ferreira.

Ebobbise tiene los mismos goles que el delantero de Dallas (11), pero en menor número de minutos jugados así que su efectividad es superior.

Siendo esta la constante, Muckhtar, también con 11 goles, está por encima de Sebastián Driussi y por debajo de los dos anteriores. Es más, si el griego Fountas marcara este fin de semana, superaría a todos los anteriores ya que su promedio es brutal: tiene 10 goles en 889 minutos, lo que le da una media de gol por partido (88.9’)

En la actualidad, cuando se mira el acumulado oficial, el argentino es el segundo después de Castellanos, cuando debería ser el quinto. Nada importante, pero si adecuado y justo al rendimiento de los goleadores.

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